martes, 20 de junio de 2017

Sobre las TICs y la escuela

Hace más de un año estuve en una reunión entre un candidato a intendente y representantes de la industria del software. Yo fui como parte de la ONG Democracia Digital en nombre de ciudadanos a los que nos interesa la tecnología y la participación ciudadana. Muchos medios que no estuvieron ahí, se quedaron con algunos detalles de color, pero en ese momento yo no me di cuenta, o no le di importancia. En cambio, un momento que recuerdo (por no poder contenerme y tener que hablar, aún sabiendo que mi interlocutor no iba a estar de acuerdo), fue cuando se habló del uso de la computadora en el aula. No recuerdo las palabras exactas, pero se esgrimió un argumento típico: No debería haber notebooks y celulares que distraen a los chicos, ni siquiera “maquinas de sumar”, y es necesario volver a escribir a mano. Yo intenté permanecer calmado y traté de plantear el siguiente argumento:

Para los chicos Internet y el smartphone forman parte de sus vidas, y si bien podemos tratar de sacárselos 4 horas, las otras 20 los van a usar.
Para ellos es tan natural como para mí fue la televisión: siempre hubo, es a color, y solo los televisores viejos son blanco y negro. Para mis padres siempre existió la radio, la novedad en algún momento fue solo cómo se redujo de un mueble a algo portátil.

Si los educadores actuales toman la actitud de reprimir el uso de las nuevas tecnologías, se distancian de sus alumnos, y no aprovechan las ventajas que brindan. El problema para los profesores es que la PC e Internet cambian la dinámica de la clase: antes el profesor era el que daba la información, el alumno la copiaba y memorizaba. Aún cuando la información tuviera errores, omisiones o fuera parcial. Ahora el problema no es la información, sino el exceso de ella, aprender a procesar y comparar diferentes versiones de la historia, por ejemplo, o comparar cómo avanzó la ciencia mirando libros de diferentes épocas. El maestro no es más la figura que todo lo sabe, y no es fácil bajarse de ese pedestal y comportase como un tutor que ayude a los chicos, sin  tener todas las respuestas.

El otro argumento es que los alumnos deben escribir a mano. Cuando yo iba a la primaria decían que para aprender a escribir había que usar la pluma 808, un diseminador de manchas de tinta. Sin embargo, mis padres me decían “Peores eran las plumas que teníamos que usar nosotros, que había que cargar con el tintero, esto es re moderno”, y a mis abuelos se les enseñaba a escribir en letras góticas, con plumas que en cierto ángulo hacían doble trazo. En todas las generaciones la escuela enseñaba un sólo tipo de tipografía, el que era correcto, y no se admitían otros estilos. Incluso se golpeaba a los zurdos con una regla y obligaban a escribir con la mano derecha.

Como diseñador me surge una idea: ¿Caligrafía o lettering no debería ser parte de Arte / Plástica o como le digan ahora en la escuela? ¿No es mejor que aprendan a escribir de una manera que realmente los represente? ¿Y apreciamos cuando escriben en un lámina para alentar que se expresen así, y no en una pared o una mesa? La caligrafía en las culturas orientales es todo un arte, y ejercicios como el de refuerzo semántico (te asignan una palabra y tenés de dibujarla reforzando el significado) que hice en primer año de DCV sería una actividad de expresión personal para los chicos.

La tecnología bien usada... y con el software correcto... En una escuela una profesora me dijo que para aprender periodismo, los chicos estaban haciendo un diario, y que el problema era que las netbooks apenas si podían correr el software del globito aerostático. No sé cómo me contuve de gritarle, y diplomáticamente traté de decirle que podía usar Inkscape, que ya estaba instalado.

Estos son un par de ejemplos o ideas de cómo, bien usada, la tecnología mejoraría la relación de los estudiantes con sus educadores, y entre los propios alumnos, si se les enseña a compartir recursos que se puedan compartir; pero también si se les enseña a pensar por ellos mismos a la hora de hacer un examen, y que no sea solo memorizar nombres o fechas que luego se olvidarán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario