lunes, 22 de noviembre de 2010

Contradiciendo la naturaleza humana

Hace un tiempo encontré un juego de Wallace & Gromit, que consiste en construir herramientas y utilizarlas para resolver problemas. Pero el juego era en realidad una publicidad de la oficina de propiedad intelectual de Su Majestad Pirata. El juego estaba plagado de mensajes orientados a los niños explicando lo bueno que era registrar sus creaciones, porque las protegían, impidiendo que otros las usen o hagan cosas similares. Lo más gracioso es que el juego tenía un editor de herramientas que tenía el botón “compartir”, para enviarle tu creación a otra persona... ¿Eso no es contradictorio con el mensaje que me acaban de dar que es mejor registrarlo e impedir que otros lo usen? ¿como puedo controlar que alguien no haga una herramienta parecida? Para resolver el mismo problema seguramente haga falta la misma herramienta, así que estaría infringiendo una patente aún sin saberlo.





Ahora les digo otro ejemplo local: Hace unos días contratamos en casa los servicios de un (el único en realidad) proveedor de televisión por cable. Al finalizar la instalación, y como vieron que había más televisores que bocas instaladas, marcaron en un formulario “revisar bocas ilegales”, cosa que me parece muy graciosa porque en realidad pensábamos ponerles antenas de aire. Como hacia semanas que no lo hacia me puse a hacer un poco de zapping, y me topé con una publicidad de la empresa de internet que forma parte del mismo grupo, promocionando sus servicio de conexión de 6MB, que decía lo bueno que era compartir las cosas que te gustaban. ¿Como? ¿Es bueno compartir o no debo compartir nada porque es un delito?


La colaboración es parte de nuestra naturaleza, los humanos somos animales que vivimos en manada, y evidentemente aquel que descubrió el fuego lo usó para protegerse y proteger a su familia. Por supuesto me podrían decir que el egoísmo y la ambición de rédito económico también es parte de la naturaleza humana, pero compartir genera un circulo virtuoso de evolución, desarrollo y creatividad, lo contrario genera hostilidad, conflicto y avaricia. Ambas cosas conviven en cualquier sociedad, y tratar de lograr una en la que todo se comparta es una utopía, pero una utopía por la que vale la pena trabajar.