Es muy difícil definir ideológicamente la cultura del software libre, la primera visión es que se trata de un sistema que parece estar en contra del mercado comercial que produce la industria de software.
Aquellos que empezaron este movimiento eran universitarios, investigadores o programadores que consideraban que el lenguaje de programación y los conocimientos que se producían deben ser compartidos por otros, tal cual ocurre en el ámbito científico, en el cual se intenta encontrar la mejor solución y compartirla públicamente, para mejorar gradualmente una ciencia o disciplina.
Paralelamente con estos desarrollos la industria de software se desarrollaba a ritmo acelerado, cada empresa creaba programas y sus formatos propios, y los usuarios debían elegir cual usar, pero los programas lejos de pertenecerle, apenas tenían una licencia de uso.
Hoy por hoy existen dos grandes tendencias: Algunas empresas consideran a los usuarios como potenciales criminales (o peor aún como perros que deben ser entrenados, y si cometen un error son golpeados), hace paquetes de software cerrados, con formatos propios y medidas drásticas contra la piratería; y por otro lado existen empresas que consideran que los usuarios deben tener estrictamente el software que necesitan, ofrecen software que cumplen con los estandares que se están estableciendo (las normas ISO ha adoptado el MPEG, SVG, ODT, entre otros) el software es gratis para particulares, y cobra por el entrenamiento y asistencia del software para empresas. Pese a esto, el software libre está inserto en un sistema de comercio capitalista, en el que existe la propiedad privada. No debemos confundir el software social y su aparente altruismo con un sistema comunista que supone la eliminación de clases.
Si bien admiro las convicciones de Richard Stallman, creo que el software privativo seguirá existiendo en pequeñas dosis como software específico que podremos instalar o no, y que la tendencia será que las personas podrán elegir en detalle que sistema operativo y programas (con la propagación de estándares podrán elejir entre versiones Open Source, versiones cerradas pero gratuitas, o pagar por una versión propietaria y/o su soporte técnico) desean tener en su máquina. Las empresas y particulares podrán cobrar por ese servicio, o una empresa puede tomar un programa adaptarlo a sus necesidades, y mientras no intente comercializarlo podrá usarlo sin liberar el código.
Aquellos que empezaron este movimiento eran universitarios, investigadores o programadores que consideraban que el lenguaje de programación y los conocimientos que se producían deben ser compartidos por otros, tal cual ocurre en el ámbito científico, en el cual se intenta encontrar la mejor solución y compartirla públicamente, para mejorar gradualmente una ciencia o disciplina.
Paralelamente con estos desarrollos la industria de software se desarrollaba a ritmo acelerado, cada empresa creaba programas y sus formatos propios, y los usuarios debían elegir cual usar, pero los programas lejos de pertenecerle, apenas tenían una licencia de uso.
Hoy por hoy existen dos grandes tendencias: Algunas empresas consideran a los usuarios como potenciales criminales (o peor aún como perros que deben ser entrenados, y si cometen un error son golpeados), hace paquetes de software cerrados, con formatos propios y medidas drásticas contra la piratería; y por otro lado existen empresas que consideran que los usuarios deben tener estrictamente el software que necesitan, ofrecen software que cumplen con los estandares que se están estableciendo (las normas ISO ha adoptado el MPEG, SVG, ODT, entre otros) el software es gratis para particulares, y cobra por el entrenamiento y asistencia del software para empresas. Pese a esto, el software libre está inserto en un sistema de comercio capitalista, en el que existe la propiedad privada. No debemos confundir el software social y su aparente altruismo con un sistema comunista que supone la eliminación de clases.
Si bien admiro las convicciones de Richard Stallman, creo que el software privativo seguirá existiendo en pequeñas dosis como software específico que podremos instalar o no, y que la tendencia será que las personas podrán elegir en detalle que sistema operativo y programas (con la propagación de estándares podrán elejir entre versiones Open Source, versiones cerradas pero gratuitas, o pagar por una versión propietaria y/o su soporte técnico) desean tener en su máquina. Las empresas y particulares podrán cobrar por ese servicio, o una empresa puede tomar un programa adaptarlo a sus necesidades, y mientras no intente comercializarlo podrá usarlo sin liberar el código.
1 comentario:
El que opine que el software libre es comunista debería hacerse un rato en su vida para aprender lo que es el comunismo. Si yo dijera que el software libre es cubista tendría el mismo nivel de significancia.
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